Venia cavilando sobre la palabreja o sobre las palabrejas, porque han de saber ustedes que el termino esta muy de moda. Ese, el de asesor. Y todo lo que ganan los mentados asesores, sobre todo los que trabajan para un determinado funcionario de alto nivel. Son asesores de alto nivel.
A ver, asesor, dígame como le vamos a poner de nombre a este Plan que traigo que va a cruzar toda la republica mexicana?. Pos plan nacional, mi jefe. Eso. Ese es el nombre. Pero que fregón mi asesor.
Y ya se echo a la bolsa un friego de lana. Y es que hay asesores en todos lados. Los tenemos en despachos de “consultoría” porque consultan, y los tenemos en despachos de profesionales de todos tipos. Le asesoramos en todo, dicen en su slogan publicitario. Si no queda conforme con nuestra asesoría, no nos pague, dicen. Lo malo de todo esto, es que quien los contrata no sabe distinguir entre lo que es un asesor y lo que es un hacedor, con hache. Estos se cuecen aparte. Los hacedores son mas inteligentes que los asesores, porque estos “hacen” lo que el cliente o el patrón quiere. Y no lo que les indica su conciencia de profesionales. Esto es muy común verlo en todas las profesiones. Si usted quiere contratar a un asesor, le va costar mas caro que un hacedor. Los hacedores se amoldan al patrón que les paga haciendo lo que este les pide sin mayor problema. Sin chistar, pues. Les dicen lo que quieren y ellos prontamente lo hacen. No importa cuales sean las dificultades para hacerlo, de todas maneras lo hacen y ganan menos que los asesores que en realidad, medio acomodaticios a como esta la cuestión ahora del trabajo, se convierten a la larga en hacedores. Y es que los frijoles no están para caldos nuevos. No.
Los asesores mas difíciles son los de los abogados. Ah, porque como retuercen las leyes para que salga lo que les están pidiendo. “Queremos que este criminal salga libre porque no está demostrado que el traía la pistola 45 con la que se asesinó al fulano de tal. El traía una calibre 22. Y eso no mata. Así que, asesor, dígame como le vamos a hacer para que salga libre”. Y el asesor, como por arte de magia, hace todo lo posible porque aquel criminal que actuó con alevosía y ventaja, salga libre de toda culpa.
Los asesores son libres de toda culpa, si el que los contrato y les pidió algo que hicieran, sale mal. Le echan la culpa al que los contrato. “Usted me dijo que lo hiciera así”, dicen. Y se lavan las manos, como Poncho Pilatos. Y se quedan tan tranquilos que nadie se los cree. Es cierto que estas diferencias entre asesores y hacedores, no se enseñan en las escuelas. Ahí, más bien, se van desarrollando ambas corrientes. La de los asesores y la de los hacedores. Los maestros van señalando las pautas y los alumnos que van a ser una u otra cosa, pues nada mas las siguen. Y lo que les espera cuando lleguen a ser verdaderos profesionales, eso no lo verán nunca ni su propia progenie.
Hay asesores de todos tipos, como les decía. Fiscales, de contaduría, de comunicación, de publicidad, de mercadotecnia, de derecho, de música, de ingeniería, de correduría, y unos muy importantes, los asesores en economía. Todos ganan, todos corren para ganar. Los asesores están ahí para servir. Los hacedores también.
En mi larga carrera de publicista he tenido clientes que deseaban que les hiciera su publicidad como ellos mandaban. “No señores, les decía, nosotros somos asesores, no hacedores de publicidad”. Cuando alguien que se considera asesor dice eso, se expone a que el cliente le diga, “ah, si?, pues yo quiero un hacedor de mis cosas, así que aquí la cortamos”. Como en algunas ocasiones me sucedió. Es que los asesores tenemos al menos así pensamos, la razón de tal asunto. Pero eso no es cierto. Con el tiempo, nos damos cuenta que los asesores en algunas veces sirven en otras, sirven pa’ puras habas.
La palabra asesor se deriva del latín asesore.. asesor, -ra adj./s. m. y f. Se aplica a la persona que asesora o da consejo técnico. Es como ustedes observan, un adjetivo calificativo y se aplica a la persona que da un consejo. Consilieri. Es la otra palabra. Esta proviene del francés consejero, porque en los ayuntamientos de ese país, existían muchos de estos personajes que se hacían famosos por sus consejas. Total, que consejero y asesor es la misma, nomas que en otro idioma. En todos lados son iguales.
Orita que se esta buscando integrar el nuevo gobierno de Sinaloa, han brotado muchos “asesores” que antaño mostraron servir poco. Eso si, se sirvieron para ellos pero nada mas. Los gobiernos de cualquier entidad buscan siempre como justificar la intención de gobernar, nombrando asesores para todo. Asesor para nombrar el cuerpo del gabinete, asesor para seleccionar a las secretarias, asesor para hacer los planes de gobierno, asesor para buscar la lana que vamos a gastar, asesor en los proyectos, asesor en las siembras agrícolas, asesor en la función publica, asesor en los edificios que vamos a ocupar, asesor en las comidas, asesor en las fiestas, asesor en las reuniones publicas, asesor en la forma de caminar, asesor en la ropa que vamos a vestir, asesor en los discursos que vamos a decir, asesor en medios, asesor en fotografía, asesor en el aire acondicionado, asesor en las oficinas, asesor en los muebles, asesor en los vestidos, asesor en la imagen, si, ese me faltaba, en la imagen publica.
Total, que no acabamos con tanto asesor, y que en realidad, como usted ya pudo observar, son hacedores. Todos, hacedores de tal o cual tarea. Ah, pero como se llevan lana. Gastan a diestra y siniestra. Se acaban presupuestos completos. Eso si, son felices aunque sus consejas sirvan para una ingada, como dice Catón.
Pobre México, tan cerca de Estados Unidos y tan lejos de Dios,
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