jueves, 4 de abril de 2013

A que le temen, señores...




Es un miedo que les agarra a las autoridades para contener a los vándalos, trátese de estudiantes seudo maestros, petroleros, electricistas u lo que sea, basta y sobra con que pertenezcan a algún sindicato para que se declaren incompetentes –las autoridades- mientras los ciudadanos comunes y corrientes se tienen que aguantar todos los desmanes que hagan estos intocables dizque por el bien de su movimiento. Pamplinas y más pamplinas.

¿Usted cree que este es un Maestro?
Es un miedo redomado el que tienen estas autoridades tanto federales como estatales ya no se diga municipales o de sindicaturas comunes, porque les tiemblan las corvillas nomas se enteran de que hay manifestaciones, pedradas, mentadas etc, de parte de estos grupos que se han venido engallando a través del tiempo, por las de doce o más años, desde que Fox (el inicio del periodo panista que suponía el respeto irrestricto a la Ley) y antes de Fox, desde Salinas, con el movimiento ese dizque del ejercito zapatista –una bola de vividores- seguidos por Zedillo que no pudo parar las manifestaciones que se llevan a cabo en la capital del país.
Veales las caras.. mantenidos.
Es el colmo. La ley es primero, dicen. ¿Cual ley, cabrones? ¿La ley de los sepulcros? ¿La ley del talión? La ley de Herodes (o te chingas o te jodes) cual ley, a ver aclaren. Ninguna. Puras indolencias y más que todo, pura IMPUNIDAD. Así vivimos en este país. Y no solo en el DEFE en todo el territorio nacional hay manifestaciones de toda índole que son violatorias de los derechos de los demás. Benito Juárez decía: el respeto al derecho ajeno es la paz. Bueno que lo dijo Benito, porque esta frase ha quedado como en desuso. Todos hacen de la ley, lo que el viento a Juárez, que es otra expresión mexicana para referirse que nadie respeta la Ley. El mexicano trae consigo ese estigma: no respetar la Ley, violarla desde que nace.
Que lastima. Pero así es. Y si no, vean ustedes a los “plebes” como les dicen, cuando tienen que hacer una tarea; o la copian, la sacan de internet, se la piden al amigo que la pidió a otro amigo, y llegan a la escuela con aquella desfachatez que los mismos maestros de las creen. Oye que bien esta tu tarea, Luisito, le dicen al alumno. Bien madres, la copiaste, Luisito.
llevaban sus palos.
Y desde ahí pa’l real el niño y luego joven y posteriormente adulto, cree que copiar, robarse los exámenes, pasarse el alto, rebasar en curva, volarse la barda, brincar la cuerda, violar a la amiga, clavarse en el súper lo que sea, con tal de comer, va así desarrollando una cultura de cinismo que solo lo llegara a parar cuando lo encarcelen y quién sabe.  Va generando mentalmente la forma de cómo engañar y engañarse, como mentirle a la autoridad, como violar la ley, como encontrar el camino que le proporcione  ventajas y como mediante el abuso y la indolencia, continúa con esa “regla” en forma permanente. No hay quien le indique que eso está mal. La autoridad brilla por su ausencia, como el caso que referimos de las manifestaciones, de los actos de vandalismo, de las demostraciones impunes de muchos mexicanos que agarran el desorden como bandera y así dizque, defienden sus intereses. Vuelvo a repetirlo: PAMPLINAS, PAMPLINAS, aun cuando es una expresión española, es válida en esta tierra nuestra conquistada por los españoles. Y es que dicen que ese mal de las trampas, lo traemos precisamente de los españoles, desde la época de la conquista porque, engañados con las piedritas brillosas que traían los españoles, les cambiaban esas piedritas por oro, que también brillaba. Asi, en el trueque engañoso, la mezcla de esa raza que somos nosotros, nacieron muchas malas mañas de engaño, mismo que ha permanecido por el tiempo como parte de nuestra cultura.
Po ejemplo, cuando los españoles derrumbaban los templos y las figuras mexicas, hacían bailar a los indígenas en los templos católicos construidos, y estos bailaban sobre las plataformas más grandes porque ahí habían enterrado a sus ídolos, a sus creencias. Bailaban pues, sobre sus figuras míticas y los conquistadores creían que ya se habían convertido. Naranjas, eran especulaciones de la conversión, para seguir engañando.
Y esta gorda marrana? sera maestra?
De ahí nacía una falsa imagen de la conquista. No había tal creencia, era una disfrazada. El caso es que esa misma creencia del engaño ha prevalecido en el tiempo para convertir al mexicano en el más mentiroso o por lo menos, uno de las sociedades más mentirosas que existen hoy en dia. Seguimos fomentando la indolencia, la impunidad en todos los lados. En la escuelas, en la vida cotidiana, en las instituciones, en la familia. No hay lugar que se escape de esta costumbre de la indolencia  generalizada.
Seguirán estos “símbolos” prevaleciendo en nuestra sociedad. Mientras no exista autoridad que aplique la ley sin contemplación, (dura lex sed lex). Ahí tienen ustedes, cuando estoy relatando este articulillo, me entero de que la carretera del Sol que lleva a Acapulco, ha sido tomada en uno de sus carriles por la comisión educadora, Ceteg, en su afán de ir en contra de la reforma educativa. Nadie dijo esta boca es mía, para que se apliquen las leyes por los delitos de despojo, daños a las vías de comunicación, etc., además de que este sindicato educativo recién apedreo ayer la biblioteca del Congreso de Oaxaca, destruyéndola y además, tomaron un centro comercial de esa ciudad. Qué suerte tenemos que acá en Sinaloa a este sindicato no le hagan caso los maestros del SNTE, porque ya estaríamos en la olla.
Que nos pasa? Que podemos esperar?


miércoles, 3 de abril de 2013

los taladores modernos, lease CFE.


Siempre me ha gustado tener al frente de mi casita, alguno que otro arbolillo que nos protege de las inclemencias del tiempo, ya que nos dan sombra. Así, he plantado desde pingüicas, lluvias de oro, tulipanes africanos hasta los últimos 4 que fueron olivos negros. Estos olivos negros se han adaptado a nuestra ecología y temperatura climática, reverdeciendo y arborizando múltiples calles y avenidas de nuestra ciudad. Estos últimos cuatro no eran la excepción.

talados los pobres
Bellos ellos. Lucían con todo su esplendor y colorido y cuales guardianes de las inclemencias, hacían su labor de protección obsequiándonos las sombras necesarias para guarecernos del astro rey. Además de que servían de casa de más de algún pajarito que feliz vivía y hacia su nido en ellos. Un buen día de dios, llegaron los taladores modernos. Escudados en una dizque empresa de carácter mundial, léase CFE, y dizque por prevenir los daños que ocasionan las lluvias en esta torrencial ciudad, nos pidieron permiso para emparejar los mentados olivos negros. Craso error que nos ha pesado porque lejos de emparejarlos, los talaron sin misericordia. No les importo que tenían 10 o más años de vida. Se trataba de tasajearlos hasta dejarlos “bichis”. Trajeron un aparato super cortador que mocho prácticamente todos los arbolitos. Los encueraron. Los cuasi mataron.
me dejaron encabronado





les valieron madres 

Les llamé por teléfono. Un fulano me contestó diciéndome que eran la empresa de carácter mundial, única en México, que se dedica a tasajear los arboles que se les pongan en frente con tal de proteger las líneas eléctricas para que cuando llueve, no tengan problemas de proporcionar el mentado caro servicio eléctrico. No tenemos jardineros, me dijo el fulano. Oiga, le dije, lo que hicieron con mis arbolitos va contra la naturaleza y deja mucho que desear de esa empresa de carácter mundial. Lo que deberían hacer, le dije, es colocar sus cables eléctricos de manera oculta en todas las calles para que asi nunca tengan problemas con las lluvias y los vientos. Ja!, me espetó. Eso nunca lo verá usted señor mío. Es un sueño que no se va a realizar. Porque, ¿se imagina? ¿Cuántos compañeros que se dedican a tasajear se quedarían sin empleo?. Nunca.

Acto seguido me colgó el auricular.


Les tuve que echar a la Campanita que mas se encabrono..

Tuve que llamarle al Cuate, que ese si es jardinero tasajeador con calidad, para que me terminara de talar los arbolitos olivos negros que tengo al frente de mi casa. Con el tiempo, me dijo el Cuate, van a brotar y entonces se pondrán más bonitos que como estaban.


Eso si, pura madre les vuelvo a dar permiso a los taladores CEFES para que me los corten.