martes, 9 de septiembre de 2014

A LA MEMORIA DE UN GRAN HERMANO.

Escribe: Papulito.
Ya descansas, tocayo, Guillermo Washington.
Querer hacer una semblanza de tu memoria, es difícil. Fuiste como un sol en la vida. Ilustrabas y enseñabas. Todo lo quisiste hacer. Todo lo hiciste. Incorrupto, insobornable, recto, honesto, integro, cabal caballero, rotario como pocos. Limpio.
Tu vida siempre fue una lucha constante contra la ignorancia. Contra los conformistas. Contra los indolentes. Me distinguiste con tu amistad de muchos años. Éramos egresados de una escuela marista, donde estuviste en la primaria, en la secundaria y en el colegio México. Hasta que ingresaste a la escuela de Medicina donde estudiaste la carrera de doctor y además la especialidad en oftalmología.
Tu actividad como médico y profesionista sirvió de ejemplo a muchos que quisieron imitarte.
Escribiste tus diarios en las páginas del diario Noroeste. Cuando deje de ver tu columna, hará cuatro o cinco semanas, me dije que sí, ya estabas mal. Cuando te descubrieron tu enfermedad, hace ya dos años o más, no te doblegaste ni un milímetro. Fuiste recio.
Paso el tiempo y tu mal se fue agravando. Pero no cejaste en tu diaria actividad a donde cumplías cual devoción, en tu consulta diaria a la que fuiste recortando por tu mermada salud. Pero ahí estabas, como vigilante de tu actividad y de tus quehaceres.
Tu profesión te llevo a la política, habiendo sido diputado local por un partido que no supo aprovechar tu dinamismo ni tu honradez, pero sobre todo, tu buena fe. Pusiste en marcha el programa rotario de vigilantes comunitarios que con tanto éxito lo promovió Frank Devlin a nivel mundial. Fuiste gobernador de distrito rotario y conmoviste con tu inquietud a muchos clubes que se mostraban apáticos y desinteresados por cumplir con su cometido. Los conmoviste y los moviste a que hicieron de si, lo que tenías en las venas inquietas del servicio.
Así fue como también formaste el Jardín del Arte, agrupación de pintores quienes inquietados por tu fuerza, han formado una corriente de artistas que dejan en su lienzo los colores de la vida, que tú plasmaste durante mucho tiempo en los cuadros que pintaste. Tengo varios de ellos que me obsequiaste, llenos de fuerza y como mensaje de lo que se puede hacer cuando se quiere. Recientemente te homenajearon las autoridades culturales de Sinaloa, como otorgando honor a quien honor merece.
Así como creaste el Jardín del Arte antes habías creado el Jardín de la Colonia Chapultepec, que con muchas vicisitudes lograste rescatar y fundar para beneficio de los colonos quienes a lo mejor recuerdan algo de lo que hiciste por ellos. Ojala.
Tu vida no paso en vano. No sé cuantas columnas escribiste en esas semblanzas de Mi ciudad a la que siempre quisiste rescatar de la ignominia. Que dura batalla tenias cuando luchabas por ese valladar casi insuperable, al que sin tomar en cuenta, vencías con las palabras, que sin encontrar el eco que esperabas, sembraban la semilla que seguramente brotará en tu memoria.
Fuiste un caballero del servicio y de la bondad. Sembraste la amistad donde los surcos recién abiertos al cultivo, recibían la semilla de tu mejor selección para engrandecerla y multiplicarla.
Dejas muchos amigos. Muchos conocidos. Muchos agradecidos por tus consejos y por tus benevolencias  en tu actitud.
Fuiste grande. Eres grande.
Descansa en paz.
(escrito en la memoria de mi tocayo GUILLERMO WASHINGTON GARZA, fallecido en este año 2014)






LA LANA ES LA LANA.


El que fuera secretario de Estado en el periodo del generalísimo Eisenhower solía decir: “Los Estados Unidos no tienen amigos: tienen intereses”. Y cuan cierta es esa frase. Dicen los panistas: somos muy morales. Vivimos de la Moral. Lo oculto es que viven de la moral pero se alimentan de los amorales. Es decir, de aquellos que tienen lana a montones y les urge lavarla a como dé lugar.
Nos damos cuenta de que por ello, nacen nuevas empresas prosperas y progresivas pero no se sabe de donde obtuvieron la lana para crearlas. El dinero va y viene. El que lo tiene, no importa de dónde lo haya obtenido, siempre será un personaje, moral o amoral, eso vale gorro.
Un día estaba en una sala de exhibición de una agencia de autos admirando los nuevos modelos. En eso se me acerca una vendedora y me empieza a explicar las bondades de las nuevas unidades, que mire aquí esta esto, que tiene bluetooth, que tiene manejo libre, que las velocidades están en el volante, etc. etc. Y ahí estaba embelesado y abobado con tanta novedad de estos vehículos. Y en eso, que la vendedora se voltea y mira a un probable “cliente” y me dice: ahí lo dejo. Sin más, se fue a atender a un guarachudo, de esos que usan los zapatos del monte, y a mí me dejo paneleando.  El dinero, díjeme.
Estábamos también muy contentitos en una fiesta de uno de mis nietos en un negocio de esos que preparan fiestas. El evento está contratado hasta las 4, dijome mi hijo. Bueno, pensé, todavía falta tiempo. Había globos azules en unos arreglos medio estrambóticos que adornaban el lugar. Ahí estábamos muy quitados de la pena. A las 4 en punto, nos salimos del salón e iniciaron los arreglos para la siguiente ronda. Llegaron con sendos adornos, exagerados, globos por todos lados, en abundancia, mesas, en fin que lo llenaron. Híjole, dijeme. Pos que va a pasar?

Supe después que el de la fiesta que seguía,  era uno de “esos” platudos. Que pagan en dólares.
Dice una mujer, es que los de la lana están en todos lados. Los vez aquí los vez allá. Si vas a la iglesia y hay una boda, si es de “esas” llenan de flores de adornos innecesarios o exagerados el lugar para cobrar dólares. O recibir más propina. Si vas a un restauran y te toca que llega un cliente de “esos” pues te expones a quedarte sin mesera o mesero, según sea el caso.
En todos lados los ves. Circulan como Pedro por su casa. Y campañas van y campañas vienen para eliminar a los que han hecho de la criminalidad un modus vivendi. Pero no, nada de eso ha pasado. Hace mucho tiempo vi una película, se llamaba “Cabaret” y contaba la historia de cómo habían ido penetrando en la sociedad los nazistas, fachistoides criminales de casi o más de 6 millones de judíos. La historia ya la han de saber ustedes, como al final, se tuvieron que unir todos los países para derrotar al criminal nazista. Pero la cosa no acabo ahí. La repartición de los territorios y de la economía mundial tomo un nuevo rumbo, pero ese es tema de otra onda.
Acá me estoy refiriendo a los mal habidos que han crecido hasta penetrar en la sociedad de los morales y convertirla en una sociedad de amorales.
Por que se han desenvuelto en todo tipo de negocio, han adquirido bienes en todos o en muchos, creo que hasta en escuelas, y no se diga si ya están incursionando en la política con buenos resultados. Al menos han comprado a muchos políticos amorales. Y oímos todos los días que campañas van, que leyes nuevas se imponen, que la criminalidad ha crecido de una manera que no se concebía antes del panismo. ¿Quien tiene la culpa? ¿Los priistas o los panistas? Creo que no es cuestión de partidos, aun cuando éstos estén agarrados del chongo.
Es en general el hambre.
La distribución de la lana y de la riqueza que ha sido tan inequitativa. Tan desigual. Las oportunidades brotan todos los días, y quienes son débiles de carácter se involucran en actividades ilícitas con tal de ganar más lana. Ahí vemos como hasta las azafatas o azafatos trafican con cocaína llevándola a España creyendo que nos los van a descubrir. Y vemos como algunos o algunas piensan que no los van a descubrir al cruzar la frontera con Nogales y llevan droga en sus pertenencias. Con tal de ganar más. De obtener una lana que les permita salir de pobres. Pobres diablos, dijeme.
La cosa no es sencilla, es más bien bastante complicada. Porque ¿cómo librar la batalla en contra del dinero si a todos nos falta?


A nadie le sobra, o solo a los que tienen demás. He sabido que los dólares corren por todos lados y se esconden en casas que aparentan ser de buena nota. Como llegar a una solución en este país, donde día a día se están escapando todos los valores, porque los que prevalecen son los del dinero. ¿No habrá ya remedio?. Como en la película Cabaret, habrá que esperar que alguien venga de fueras o afuera para ayudarnos a combatir este mal. Si usted tiene una solución, que no sea la de enfrentarnos a balazos, hágamela saber.  Porque la cosa esta canija. Cabrona, pues. (gm)